Ngameriek pronto estará lista para poner en marcha un huerto que proporcionará frutas y verduras a los niños y niñas que asisten al Centro Materno Infantil.
La tribu turkana se dedica principalmente al pastoreo, dependiendo casi exclusivamente de esta actividad para alimentarse y obtener recursos. Desde hace algunos años, ciertas comunidades de la zona han empezado a cultivar frutas y verduras, actividad que ha sido posible gracias a un mejor acceso a fuentes de agua con el apoyo de la Comunidad Misionera de San Pablo Apóstol (MCSPA).
Con el programa de Acción integral contra el hambre que la Fundación Rode y la MCSPA han puesto en marcha, la comunidad de Ngameriek contará con una huerta en la que se podrán cultivar verduras y frutas, que servirán para mejorar la alimentación de los más de 70 niños y niñas menores de 6 años que asisten cada día a su Centro Materno Infantil.
Para que esto sea posible, un joven de la comunidad se ha formado durante los seis primeros meses del 2017 en el Programa Furrows in the Desert que tiene la MCSPA en su misión de Lobur. Allí ha aprendido cómo producir alimentos en zonas desérticas y semidesérticas.
A su vuelta a la comunidad, este joven ha trabajado para preparar el terreno donde se instalará el huerto y algunos árboles frutales. Dicha preparación ha incluido la recolección de material orgánico para hacer el abono, la limpieza y arado del terreno.
Para poner en marcha el huerto es necesario hacer surcos profundos en la tierra, que serán luego rellenados con tierra abonada y arena.